Descripción
Pertenece al grupo de las vacunas vivas, derivada de una cepa de mycobacterium
bovis, la cual fue atenuada por Calmette y Guérin en el instituto Pasteur
en Lille, Francia; siendo aplicada por primera vez en humanos en 1921.
Hay varias vacunas disponibles actualmente, todas ellas derivadas de la
cepa original las cuales tienen características diferentes en cuanto a crecimiento
en cultivo y capacidad para generar respuesta ante la tuberculina.
Estas diferencias pueden deberse a cambios genéticos resultantes en el
tiempo y a las diferentes técnicas de producción. Se presenta en forma liofilizada.
Una vez reconstituida deberá ser aplicada dentro de las primeras seis
a ocho horas.
Justificación científico-técnica
La eficacia reportada de la vacuna varía ampliamente dependiendo de
los métodos y rutas de administración, así como de las características demográficas
de la población inmunizada.
Dos metaanálisis revisaron estudios publicados desde 1950 basados en
ensayos clínicos controlados y estudios de casos y controles, encontrando
que la efectividad de la vacuna para las formas graves (TBC miliar y meníngea)
en niños, varía entre 75 y 86%, y la efectividad global de la BCG es
cercana a 50.
Esquema de vacunación
Indicaciones
Dada la incidencia de la enfermedad en nuestro país, se indica la aplicación
de la vacuna de forma ideal al momento del nacimiento (en dosis única)
o pocas semanas después en la totalidad de los recién nacidos vivos, o
hasta los doce meses, sin neceSIDAd de aplicar prueba de tuberculina previa.
La OMS recomienda no aplicar la vacuna contra la tuberculosis después de
los doce meses de edad debido a que su protección es variable y menos cierta después de dicha edad; sin embargo, dada la alta incidencia de tuberculosis
en nuestro país, se recomienda su aplicación hasta los cinco años de edad.
Efectos adversos y contraindicaciones
Las complicaciones serias o a largo plazo relacionadas con la vacunación
con la BCG son raras.
Por otro lado, las reacciones esperadas derivadas de la aplicación intradérmica
de la vacuna incluyen la aparición de una adenopatía axilar o cervical y la
formación de una induración y luego, de una pústula en el sitio de la aplicación;
reacciones que pueden persistir por un período de hasta tres meses.
La aplicación de la BCG produce, además, la aparición de una cicatriz
permanente en el sitio de la aplicación.
Algunas reacciones un poco más severas incluyen la ulceración del
sitio de la vacunación, la linfadenitis supurativa regional y la formación
de lesiones caseificantes y con drenaje purulento en el sitio de la aplicación;
manifestaciones que pueden aparecer en cualquier momento desde
la aplicación hasta los cinco meses posteriores, y que en caso de presentarse
duran algunas semanas.
El efecto adverso más serio derivado de la vacunación con BCG es la infección
diseminada por BCG. La osteítis por BCG afecta las epífisis de los huesos largos y puede presentarse entre los dos meses y los cuatro años posteriores
a la aplicación de la vacuna. La incidencia reportada de este efecto adverso
varía según la serie entre 0.01 y 43.3 casos por millón de habitantes (3).
Estas lesiones esqueléticas pueden ser efectivamente tratadas con medicamentos
antituberculosos, aunque en ocasiones puede ser requerida además
la utilización de tratamiento quirúrgico.
Algunos reportes de reacciones adversas severas incluyen la aparición de
eritema multiforme, tuberculosis pulmonar y meningitis tuberculosa.
En general, la aparición de estas reacciones adversas severas es mucho
más frecuente en el caso de personas inmunosuprimidas, aun cuando su
incidencia no ha sido formalmente evaluada en esta población mediante
estudios prospectivos de adecuada calidad, pero la aparición de infección
diseminada por BCG ha sido reportada en por lo menos un niño y en un
adulto con inmunosupresión (4, 5).
Hasta que los riesgos de la vacunación con BCG en la población inmunocomprometida
no estén claramente definidos, no deberá administrase la vacuna
a pacientes con respuestas inmunológicas alteradas por la infección
por VIH, inmunodeficiencias congénitas, leucemias, linfomas u otras neoplasias
malignas diseminadas.
En hijos de madre infectada por VIH o SIDA debe ser retrasada la aplicación
de la dosis hasta que se descarte totalmente la infección en el niño.
De igual forma, debe ser retrasada en neonatos con un peso inferior a
2000 gramos.
Tampoco debe ser aplicada en aquellos individuos cuyas respuestas inmunológicas
se encuentren suprimidas por esteroides, agentes alquilantes,
antimetabolitos o por radiación (5). No se recomienda su uso en pacientes
tuberculino positivos ni en embarazadas (6)
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