Vías de administración
La vía de administración es la forma de introducir un inmunobiológico
al organismo; siendo su elección específica para cada inmunobiológico con
el fin de evitar efectos indeseables (locales o sistémicos) y para asegurar una
máxima absorción y eficacia de la vacuna.
Las vías de administración habitualmente usadas son: vía oral, vía intradérmica,
vía subcutánea y vía intramuscular.
Vía oral
Es la utilizada para administrar vacunas como la VOP (polio oral). Se darán
directamente en la boca; si el recipiente de la presentación de la vacuna es multidosis
se deberá evitar todo contacto de éste con la mucosa oral.
Vía intradérmica
Consiste en la introducción dentro de la dermis del producto inmunobiológico
que será absorbido de forma lenta y local. Es la vía utilizada en la
aplicación de BCG. La aguja se insertará con el bisel hacia arriba y en ángulo
de 15 grados.
La inyección ha de ser lenta y si es correcta aparecerá una pequeña ampolla
o pápula en el sitio de aplicación.
Vía subcutánea
Introducción de una vacuna en el interior del tejido conjuntivo, debajo
de la piel, insertando la aguja con bisel hacia arriba, en el pliegue producido
al pellizcar con los dedos la piel y el tejido subcutáneo. Ángulo de aplicación
de 30 a 45 grados con respecto a la piel. Las inyecciones subcutáneas se
aplican usualmente en la región deltoidea. En el niño menor de un año, se
recomienda utilizar región anterolateral del muslo. Es la vía utilizada en la
administración de la triple viral y la vacuna antisarampión.
Vía intramuscular
Es la introducción en la masa muscular profunda de un producto inmunobiológico
que será absorbido en forma rápida. Es la vía de elección para
vacunas que contienen aluminio como coadyuvante. Esta vía debe ser evitada
en pacientes con problemas hemorrágicos. Las vacunas antirrábica y antihepatitis
B no se deben aplicar en región glútea a ninguna edad, debido a
que pierde su inmunogenicidad.
El sitio ideal para la aplicación de vacunas intramusculares en niños
mayores de 18 meses y adultos es el músculo deltoides; en los menores de
18 meses o con masa muscular visiblemente disminuida se debe aplicar en la
cara antero lateral del tercio medio del muslo. Es la vía de aplicación de la
vacuna contra hepatitis B, pentavalente, que incluye DPT, hepatitis B y Haemophilus
influenzae tipo b, antirrábica.
Sitio de aplicación
El sitio de aplicación es el lugar anatómico seleccionado para la aplicación
de la vacuna, de manera que la posibilidad de daño tisular, vascular o
nervioso sea mínima. Algunas consideraciones para tener en cuenta son:
• Las inyecciones subcutáneas se aplican en la región deltoidea
• Los sitios preferidos para la inyección intramuscular en los niños son: la
cara anterolateral del muslo hasta los tres años y la masa muscular del
deltoides en mayores de tres años.
Técnicas de aplicación
Deberán tenerse en cuenta las siguientes consideraciones con el fin de
garantizar una adecuada aplicación de todos los tipos de vacunas:
• Utilizar jeringas desechables nuevas, con volúmenes y agujas adecuados
al inmunobiológico que se va a administrar
• Manipular vacunas, jeringas y agujas con técnica aséptica
• Evitar la aplicación de la vacuna en zonas eritematosas, induradas o
dolorosas
• La aguja con la que se prepara la vacuna debe ser diferente a la utilizada
para su aplicación
• Limpiar la piel del sitio donde se va a inyectar la vacuna, con solución
salina o agua estéril y secar con algodón o dejar secar al ambiente
• Introducir la aguja en el sitio de aplicación, aspirar para verificar la
presencia de sangre, si esto ocurre retirar la aguja y seleccionar un
sitio aledaño
• Cuando se administre en forma simultánea más de una vacuna, se debe
utilizar una jeringa para cada una e inocularlas en sitios anatómicos diferentes
a menos que se aplique una vacuna tetravalente o pentavalente
• Cuando, por alguna razón, un biológico aplicado por vía intramuscular
o subcutánea se enquiste, se deberá repetir la dosis.
Dosificación
Las dosis recomendadas de inmunobiológicos se derivan de consideraciones
teóricas, estudios experimentales y experiencias clínicas. La administración
de dosis menores a las recomendadas, el fraccionar dosis o el
administrarlas por vía equivocada, puede hacer que la protección obtenida
no sea adecuada. De forma similar, no se debe exceder en la dosis máxima
recomendada, ya que esto no garantiza mejor respuesta y en cambio puede
resultar peligroso para el receptor, debido a la excesiva concentración local o
sistémica de antígenos.
Edad de vacunación
Varios factores deben ser tenidos en cuenta al escoger la edad de vacunación.
Estos incluyen: riesgos específicos de enfermar según grupo de edad,
madurez del sistema inmune y capacidad a una edad dada para responder a
una vacuna específica y la interferencia por parte de la inmunidad pasiva
transferida por la madre.
Composición de los inmunobiológicos
La naturaleza específica y los contenidos de las vacunas difieren entre sí,
dependiendo de la casa productora. Un inmunobiológico contra la misma
enfermedad puede variar en su composición por el uso de diferentes cepas o
por la cantidad de unidades internacionales. Los constituyentes de los inmunobiológicos
son:
• Líquido de suspensión: puede ser tan simple como agua destilada o solución
salina, o tan complejo como el medio biológico donde se haya producido
el inmunobiológico, tal es el caso de las proteínas séricas, del huevo,
de medios celulares o de cultivo.
• Preservativos, estabilizadores y antibióticos: se utiliza este tipo de componentes
para inhibir o prevenir el crecimiento bacteriano en los cultivos virales,
en el producto final o para estabilizar el antígeno. Son sustancias tales
como el timerosal y antibióticos específicos, por ejemplo, neomicina en
la vacuna antisarampionosa.
• Coadyuvantes: en algunas vacunas con microorganismos muertos y fracciones
de los mismos se utilizan compuestos de aluminio o alumbre, o
de calcio, para incrementar la respuesta inmune. Los inmunobiológicos
que contienen tales adyuvantes deben inyectarse profundamente en la
masa muscular, pues su inoculación en grasa o intradérmica provoca
irritación local severa, granulomas o necrosis.
Eficacia del inmunobiológico
Significa la proporción de vacunados en quienes efectivamente el inmunobiológico
provoca la reacción inmune celular, la producción de anticuerpos
o ambas, que sean capaces de proteger luego de recibir el número de
dosis recomendadas. La eficacia de la vacuna antisarampionosa aplicada al
año de edad es de 90 a 95%; la eficacia de la vacuna oral de poliovirus es de
90 a 100%, en condiciones adecuadas de conservación y aplicada a la edad
apropiada. En regiones cálidas tropicales, con deficiente cadena de frío, la
eficacia puede reducirse 75% o menos.
La eficacia depende de la capacidad antigénica del componente vacunal,
de la edad del receptor, de la madurez del sistema inmunológico, de la presencia
de inmunidad pasiva y del cumplimiento de las normas de funcionamiento
de la red de frío.
Cadena de frío
Proceso por el cual se asegura la calidad y potencia inmunológica de los
inmunobiológicos utilizados que incluye el almacenamiento, el transporte,
la distribución y el suministro de los mismos.
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